Vuesas Mercedes háganme caso.
Naturalmente, cada persona es un mundo, los pesos y
medidas son variables y variados. Y ello, con independencia (ahora que tanto se
lleva la palabra) de la actividad, la profesión y la vocación.
Pero hay una referencia, una baliza, una función sobremanera
importante y que debe ser muy tenida en cuenta por los ciudadanos:
Si el instrumento aludido llega a desaparecer de la
visión del titular por mor de lo que, con metáfora, suele llamarse “curva de la
felicidad”, entonces… Houston, tenemos un problema.
La otra irrefutable prueba del rumbo hiperbólico al que
nos inclinan la buena mesa y la mejor bodega es esa aplastante realidad de los
armarios repletos de los pantalones, las camisas, las chaquetas que, año tras
año, talla tras talla, íbamos a recuperar vía esto me lo quito yo en dos
semanas.
Ya, ya.
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