martes, 6 de agosto de 2024

I've made up my mind to give myself to you

 

No digo que no sean cosas de la edad, Bob, sedimentos de la ternura que no pensamos que iba a estratificarse tan a fondo.

Pero la emoción, lo que nos conmueve y empuja delicadamente esa emisión que llaman lágrimas y cuya composición dicen los químicos que más o menos consta de sales, proteínas y agua, sobre todo agua…

… lo que nos “toca”, decía, es que llevas décadas dando mucho en el clavo; y de vez en cuando, es una sensación de dulce melancolía tropezarte, encontrarte en la estela de Offenbach y su Barcarola, diciéndonos con palabras sencillas y cargadas de sentimiento y significado lo que todos -o muchos- podemos entender y apreciar porque nos alude y convoca, porque nos remueve, en los más ilusionados y desengañados pliegues del corazón y sus aledaños, aquello en lo que ahora y en adelante tendremos tiempo para reflexionar; y para digerir todo lo perdido, “la gente que se fue y que conocimos”, la jodida vida pasándonos por el alma todas las deudas que contrajimos y no llegamos a pagar.

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