domingo, 29 de agosto de 2021

El mero juglar que fui,

 

en los 90 del XX, con las aficiones intactas, les daba vueltas a las palabras y, como en esa ocasión, a veces se quedaban (y así han seguido) sin vestir de música. Ahora el Hipocampo las recupera para quizá aligeraros la lectura, que bastante espesa debe andar con los sucesos de tinieblas de los presentes días:

 

Cuando vuelvas de Egipto y en tu piel

traigas la luz del sol y las arenas

que te confirmen como reina mora

o como perifrástica sirena,

confío en que recuerdes el destino

que entre vaivenes siempre nos separa,

y a capricho bifurca los caminos

para no vernos nunca cara a cara.

 

Espero que la música que falta

para hacer de estos versos mi canción

asome su cadencia, clara y alta,

desde la mente, desde el corazón.

Que sus compases sean pases taurinos

para lidiar estos amores locos

y que la duda, el tiempo y el siroco

no te impidan, al regreso de Egipto,

traerme una botella de buen vino.

 

-En ese estilo te reconozco. Y ya puestos, ¿eran las aventuras y el alcohol las fuentes de tus legendarias partituras?

-No sé qué te diga. Es como si aquello le hubiera sucedido a otro.

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Rodrigo genuino. Si no supiera el origen lo reconocería sin asomo de duda tras el cuarto verso. Creo que hacer cosas con un sello tan reconocible es un rasgo a la altura de muy pocos. ¡Enhorabuena por ello!

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Casualmente hoy estaba escuchando canciones tuyas de aquella época y me emocionaba al identificarlas con la banda sonora de mis vivencias románticas de entonces. También me preguntaba cómo sería en tu caso la nostalgia por aquellos días bohemios o simplemente es, como dices aquí, como si le hubiera sucedido a otro.

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