-Licenciado de la Armada Española, a
finales de 1971…
-¿Te das cuenta del tiempo transcurrido?
Todavía teníamos al Generalísimo.
-Cabal. ¿Puedo seguir con la batallita?
-Te escucho ansioso.
-Digo que por esas fechas se me ofreció
la oportunidad de ingresar en un grupo legendario de la música popular como
eran Los Pekenikes. Acepté naturalmente el lustroso ofrecimiento y con ellos
hice giras y grabé un L.P. incluyendo mi tema instrumental “Trio”, de modesta
ambición barroca. En las fotos de la carpeta correspondiente aún aparezco
reponiéndose mi pelo de los rigurosos cortes de reglamento en el cuartel de
marinería, compensado eso sí, con ya cerrada barba de inspiración mormona.
En aquella formación, que sonaba bastante
bien en directo, trabé con Tony Luz una relación de caballeros y “brothers in
arms” que, con los años, y superados algunos calendarios de cortocircuito, se
recuperó y afirmó nuestras varias y espontáneas afinidades, de las cuales no
fue la menor, y enseguida manifiesta, el “saque” en la mesa y la hermosa
afición por los buenos vinos.
Cientos, y no exagero, de situaciones y
anécdotas que compartimos durante décadas apuntalan su frecuente recuerdo en mi
memoria. Quizá pudiera escribir un relato de aquellas andanzas y no quedara
nada soso.
Aunque la vida es siempre mucho más
cálida y apasionante que las mejores palabras con las que pueda contarse.
-¿Y eso lo dices tú, maniático?
-Fíjate.
Con aquel saque formidable en la mesa, acudiendo en funebrito al ensayo, no muy cerca del mar, de la mano con el enano a Burguer King, reinando con y desde la palanca...
ResponderEliminar¡Cuánta nostalgia, pardiez!
Un abrazo desde la Sierra de Madrid