Aquí
almorzamos hoy, en el jardín,
en
este primer día de diciembre.
20
grados centígrados. Al sol,
ante
la mesa blanca, va la tarde
pasando
lentamente, ensimismada.
Ni
al “pinche” virus ni a las cabronadas
debemos
un silencio de cobardes.
Pero
hay que hacer constar
que
aquí enfrente del mar,
una
tibia ataraxia me adormece:
si
no desaparecen
los
molinos de viento y el combate,
en
cambio me hará bien un chocolate
que
a modo de merienda reconforte
y
se acompañe de un croissant francés
o,
de porte estepeño,
un
cortés mantecado navideño,
y
de esa forma no perderé el norte.
Hoy
toca un biorritmo sosegado,
y
oraciones modestas de equilibrio
entre
sujeto, verbo y predicado.
Rodri, te estas haciendo viejo´
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