Para mirar al mar, desde el jardín,
en esta sobremesa en primavera,
no es consciente mas, ecléctico, exhibe
un curioso atuendo de aluvión:
de abajo a arriba muestra
zapatillas escocesas de fieltro,
el rigor blanco de los calcetines,
las rayas verticales
-- remotas sugerencias consulares --
de un pantalón/pijama;
y luego, camiseta
con una estampación de Barcelona:
un figurón solemne en hornacina
de los dos que flanquean ex-aequo
aquel recalcitrante "Ajuntament".
Con un cardigan leve
y un panamá de ala generosa
y unas gafas de sol retro/Miami...
si alguien pasa mirando por la acera,
de qué lugar pensará que procede
este onírico, absorto espantapájaros,
esta visión de indefinido porte
ni tan lejos del aire decadente,
o colonial, o qué,
de un fotograma raro de Scorsese
o un ambiguo sofista de Quiñones
que estuviese leyendo
unas flores del mal, de Baudelaire...
Como papá.
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