Que prometer por doquier
palabra de casamiento
Merlos, no se puede hacer.
Las féminas, despechadas,
que claman por tus desdenes
y se sienten agraviadas,
parodiadas en los "memes",
no te van a perdonar
tu intrépida incontinencia.
Y te van cortando trajes
que con indirecto sesgo
formulan ya una advertencia
referida a tu equipaje
como plumaje de riesgo
al que le falta coraje.
Que prometer por doquier
palabra de casamiento
Merlos, no se puede hacer.
¡Qué de ilustres escritores
tocaron el paradigma
y el controvertido enigma
de tu literario ejemplo,
escuela de seductores!
Tirso, Espronceda, Molière,
Calderón y Baudelaire,
y "El burlador de Sevilla"
que escribió José Zorrilla,
Benavente y muchos más
que trataron la cuestión,
buscando en el corazón
del tentador Juan Tenorio
el misterioso compás
de un verso satisfactorio...
Nuestros cimientos sociales
se estremecen de estupor
cuando, en medio de los males
que a nuestra Nación aquejan,
en los visillos las viejas
y análogos carcamales
te tildan de picaflor,
como poco,
o de rematado loco.
Que prometer por doquier
palabra de casamiento
Merlos, no se puede hacer.
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