Claro
que me extrañaba que tus leales y cotidianos “likes” hubieran desaparecido, lo que no era propio de tu
voluntaria fidelidad y tu generosa cortesía con este “blog”.
Llegué
a achacarlo a mis recientes deserciones como redactor, deriva que reconozco
desorientadora y que entiendo ocasionada por un relativo cansancio (que lo dan
la edad y los visos de que uno habla, escribe, en el desierto).
Y
no era tal: hoy me llega la noticia de ese infarto, repentino y a traición (así
son las cosas) que ha cancelado tu vida.
A
tu hermano, a tu gente hago llegar desde aquí el sentimiento de una amistad que
estaba pendiente de un encuentro personal y que ahora nos es ya negada.
Que Antonio descanse en paz y que sea leve tu pesar. Un abrazo amigo 🤗
ResponderEliminarUn infarto tan inesperado como ilógico en alguien tan deportista y que tanto se cuidaba, y que me hace sentir como un agujero con patas desde ese dia tan aciago. Se nos fue un ingenioso ingeniero, un músico inteligente, un hermano infinito y en resumen, alguien que hacía de este mundo algo mejor. Tus guitarras también se han quedado huérfanas. Yo soy parte de ti y te llevaré siempre dentro.
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