Presunción
fuera, casi despropósito, intentar el hallazgo de un elogio, de un adjetivo
inéditos con que ensanchar la ponderación que a este hombre corresponde.
Que
con tal nivelazo de deportista siempre nos quedaríamos cortos. Y ahí anda,
dando un ejemplo de modestia y discreción, cuando presumir con merecimiento
podría de coraje, del éxito que explican su esfuerzo disciplinado, sus
facultades naturales, su poder de concentración en el objetivo y su resistencia
sobresaliente al dolor de las lesiones, todo lo cual mucho tiene del temple
clásico y el metal de los héroes.
Aquí,
el Hipocampo: uno más, entre la multitud de sus reverentes espectadores.
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