-Hipocampo, según el día, se os nota alterado.
-Poco es ello; bien podéis añadir
decepcionado y escéptico. Y es que cuando no logro mantenerme en el relativo
aislamiento del acuario…
-Verdad es que el panorama dista de ser
luminoso.
-¿”Luminoso”, decís? ¿Y “dista de ser”?
Pardiez que he de atribuir a la ironía tales eufemismos. Que lo que más se
exhibe en el escaparate, al lado del marronazo del virus, es la colección
primavera/verano (y otoño e invierno) de los pescadores en el río revuelto; y
el magma de parásitos que, resignados a o agradecidos de las migajitas,
alientan el insaciable medro de quienes, con el descaro de la impunidad, se
meriendan la tarta.
-¿Por ventura le veis arreglo?
-Nada que, de momento, lo parezca.
Demasiado cansancio en el personal, demasiadas anestesias inyectadas para que
el embotamiento prolongue su devastadora sumisión.
-¿Y los nostálgicos?
-Inviables y penosos, de la facción que fueren:
una panda ansiosa de reincidir en el “éxito espectacular” que ya se demostró en
la URSS, Cuba, Venezuela, etc. con descerebrados y malintencionados que
pretenden el remedo tardío de anacrónicos remiendos fracasados; unos brotes de
catetos, añorantes del espíritu residual de la tribu. En espera, los otros (que
no es un título del cine), imaginando que se puede repetir la Historia.
-¿Y no?
-No sé qué os diga. Incluso en “los
países de nuestro entorno” se dan los locos sueltos. Y sobre todo, nuestra
Spain is so different…
-Volved al acuario y por vuestros fueros.
Escribid de amoríos.
-Quizá.
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