Entre la luz inmediata
y la demora del trueno
parece que fuera a menos
la lejana serenata
de esta tormenta de otoño.
Hasta el moño
estaba ya este jardín
de reiterados calores;
y esta mañana por fin
pasa página y presiente
que vienen tiempos ¿mejores?
Que parecía el verano
resuelto a no despedirse,
mas en vano,
que en esta noria implacable,
y a menudo poco amable,
nada puede resistirse.
"Hasta el rabo, todo es toro";
y, en la costa donde moro,
a este año 18
de costumbres sin trasnocho,
que no ha sido muy tranquilo
y un poco nos tiene en vilo,
¿qué le queda?:
un trimestre mal contado,
unos precios disparados
de enloquecida almoneda,
y la salud, ya veremos
hasta dónde llegaremos.
En retirada, los remos, los acordes.
Sólo estos versos ociosos
para entretener la espera
del Hipocampo y el Oso.
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