Es de la opinión general que los usurpadores y los
plagiarios son homínidos que, desde que se levantan hasta que se acuestan,
ejercen su doble e innoble condición de pervertidos bufones y parásitos.
No contentos con el ébola, parece ser que existe un
brote de estos esperpentos en la región catalana, más concretamente en una
localidad de Tarragona, y que son un equipo de liantes que, seguramente para
ayudarse a digerir sus complejos, andan inventando una historia tan apócrifa
como disparatada y colgándose cuantas medallas ajenas se les van ocurriendo.
Como no parece que vayan a renunciar a su afición
por la mentira y gorda, cabe suponer que irán a más en la escalada de
despropósitos. Quizá estén ya incubando la falacia de que Rodrigo de Triana era
de Matadepera o de Granollers; y de que
Franco fue un fino ideólogo de ilustres y acreditados antepasados ilerdenses a
quien “la noche terminó confundiendo”, que si no…
Se ve que no están bien de la cabeza.
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