Un "pacto de perdedores"
te colocó en el sillón
y ahora la soldadura
que prolonga esa postura
es tu sola caradura.
Permaneces
haciendo el tonto con creces.
Empachoso, las más veces,
traidorzuelo, las restantes;
y las veinticuatro horas
del día, desesperante
tu obstinación trepadora.
Tu anhelo
y tu estúpida porfía
alargando esta agonía
de investidura fallida
es el farsante camelo
del que pierde la partida
y con romper la baraja
pretende que todo encaja.
Eres puro aburrimiento,
tío. "¿Por qué no te callas
y ojalá, cuando te vayas,
te vayas a tomar viento?
No hay comentarios:
Publicar un comentario