No muy sobrada de talla,
Soraya,
pasa en la primera vuelta
por encima de Casado,
quien no está muy desolado
porque no hay gran diferencia
entre una y otra ciencia
de entrambos, en realidad.
Cospedal, quizás más "light"
-- ¿demasiado sosegada? --,
queda un poco postergada.
Y como era de esperar,
a Margallo no lo aprueban
porque sabe demasiado,
entre tantos inmaduros.
Y ante un incierto futuro,
el odontólogo friso
que el tal "Joserra" exhibía,
¿de repente se ha cerrado,
inestable e indeciso?
Luego, el proverbio que reza
que nunca es el quinto malo,
al quinto aspirante apenas
le deja como remesa
pocos votos de regalo.
Qué pena que en los partidos
(éste y los otros, también)
sólo hay líderes de saldo:
viajeros desorientados,
rezagados,
pasmados en el andén.
Monos de feria y de noria
que manejan nuestra Historia.
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