Claro que no debemos compararte
con Astaire, Nureyev ni con el Gades;
tampoco con Travolta equipararte:
ni tu voluble vuelo, caro Iceta,
alcanzará jamás tan altas metas
ni el virtuoso don de esos cofrades.
Así que te nos quedas solamente
en caganer chistoso y navideño
que en la tribuna confirma risueño
su personal "gracieta" reincidente.
Y proseguir camino tan glorioso,
fosforescente en tu frivolidad,
si quieres que te diga la verdad,
quizá te lleve sólo a hacer el oso;
un panda, si me apuras,
que en los tuyos despertará ternura,
y los otros, juzgándote más recio,
sin ambages te tildarán de necio
o de un incongruente caradura
que, so pretexto de construir "puentes",
tiene el capricho de ser presidente.
¿Y este circo en esa autonomía
depende de estas farsas alocadas?
¿Tan simple y majadera algarabía
es cosa de aplaudir desde las gradas?
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