Revolver el callejero, cambiar, a lo déspota, el nombre de las calles, es una merdé como cualquier otra, sobre todo si la motivación tiene una ideología envenenada y rencorosa por origen.
Como las iniciativas van a más, parece que ya se está urdiendo el invento de una "reina maga" para adosarla a la cabalgata en algún barrio.
Quienes diseñan estos esperpentos no son tan ignorantes como estúpidos y malintencionados, por muchas teorías que se pregonen a guisa de pretexto o supuesta explicación.
Así que, cualquier día, añadirán la "ocurrencia" de que el Niño Jesús era maricón. Total, por incordiar, que no quede. Son gajes de la democracia de la que, por cierto, suele decirse que es el menos malo de los sistemas. Que, ante eso, caben la dócil resignación, la indiferencia o el rechazo de "a la fuerza ahorcan".
Estas posiciones, y las más que acaso haya, se pueden sostener abiertamente o a escondidas, en la confortable sombra de un anónimo. Y desde luego, en estos entretenimientos, olvidamos que somos pequeñitos y manipulables; olvidamos nuestra condición efímera. Los cuatro días mal contados que vamos a durar, troncos.
Querido Rodrigo: No es que me oculte en anonimatos, es que este sistema no me permite otra elección, no evito la puya que apuntas, aunque aprecio que te ha molestado lo que no describes. Te tengo mas cariño que respeto y no está en mi ánimo incordiarte, era solo una opinion. Pero "Querido compañero" no olvido la condición breve y efímera de lo que me queda, ya he visto algo más que las orejas al lobo y lo que me ha ayudado tus canciones desde hace décadas "QUEDARA".Salud y mis mejores deseos desde Aluche.
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