sábado, 5 de septiembre de 2020

Una de cal y otra, de arena

 

Ha poco que un suceso luctuoso

sembraba cierta sombra por tu vida;

y en cambio hoy nos da la bienvenida

una sorpresa de tinte glorioso.

 

No sé qué se hizo el Tiempo. Pero era

apenas una niña que en Clamores,

junto a la mía, iban de espectadoras

casuales de una “gala” con el trío.

No era horario infantil conque esa noche

ambas, como se dice, eran derroche

de asombros entre el público asistente

(adultos nocherniegos, buena gente).

Y ahora estrena una etapa

que, por súbita y clásica que sea,

hará que revisemos nuestros mapas

y el pentagrama de nuestras corcheas.

 

Píonono, si te fijas,

con noticias de esas,

nos hacen “más mayores” nuestras hijas.

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