Ha
poco que un suceso luctuoso
sembraba
cierta sombra por tu vida;
y
en cambio hoy nos da la bienvenida
una
sorpresa de tinte glorioso.
No
sé qué se hizo el Tiempo. Pero era
apenas
una niña que en Clamores,
junto
a la mía, iban de espectadoras
casuales
de una “gala” con el trío.
No
era horario infantil conque esa noche
ambas,
como se dice, eran derroche
de
asombros entre el público asistente
(adultos
nocherniegos, buena gente).
Y
ahora estrena una etapa
que,
por súbita y clásica que sea,
hará
que revisemos nuestros mapas
y
el pentagrama de nuestras corcheas.
Píonono,
si te fijas,
con
noticias de esas,
nos
hacen “más mayores” nuestras hijas.
❤
ResponderEliminarDiga usted que sí Maestro, diga usted que sí. ¡Y que las podamos querer y disfrutar por muchos años!
ResponderEliminar¡El tiempo pasa que es una barbaridad!
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