Quererte porque sí
fuera una tontería,
un algo sin sentido,
una tautología.
A veces me pregunto
cómo he llegado aquí,
sintiendo como siento
que eres parte de mí.
Echándote de menos
si no te tengo al lado
compartiendo conmigo
estrenos y cuidados.
Cuando el surrealismo
visita nuestros pasos,
tronchados por la risa,
con éxito o fracaso,
la cómplice mirada
de nuestro entendimiento
es la mejor moneda
y el más claro instrumento
para caminar juntos
esta doble vereda;
y en las noches de amor
(porque de todo tiene
la viña del Señor),
somos el cisne y Leda.
Tú dime loco, adicto
a la Mitología,
mas no cabe el conflicto:
de verdad que sería
una birria o así
imaginar la vida
solitaria y sin ti.
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