Hoy la luna es la cuna
que, al mecerse en el cielo,
tiende su trampantojo
y se oculta en un velo:
una niebla de bruma
de “plata
evaporada”
que algo tiene de espuma,
de finta y coartada
--¿Ya estás de madrugada
otra vez en tu estela
lejos de la almohada,
con tus balandros blancos
y tus pinceles mancos
ante las acuarelas…?
--…y la piedra ostionera,
los muertos pentagramas,
las cíclicas quimeras
y lo de cría fama…”
--Si el proverbio pudieras
al menos completar…
--Hay que seguir remando
que siempre queda mar.
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