Como frívola narcisa
en el sillón retrepada,
nos quieres “vender la moto”
de la introspección precisa
sobre tu crisis privada.
Con la lista de mentiras
-proverbial y lastimera-
de la que eres manirroto,
¿nos planteas la guajira
de esta nueva pejiguera?
¿Tú, hablando de líneas rojas
como, de orejas, el burro?
¿Exhibiendo tus congojas
con melindres de cazurro?
Y a ese siguiente nivel
de ridículo inaudito,
de esperpento sideral
y baile de los malditos,
¿nos propones que subamos?
Vamos, vamos…
Para esa “moto”, Jerez.
Ya lo ves.
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