lunes, 8 de agosto de 2022

¿Los echamos al pilón?

 

Prepotentes y atildados

señoritos

(ni tan siquiera de cuna:

son meros aficionados

y monos de imitación

-objetos falsificados-),

desde los altos despachos

por doquier acristalados

y a tope climatizados

en modernos rascacielos,

quieren tomarnos el pelo

decidiendo normativas

conflictivas,

de burocracia opresiva,

marcianas disposiciones

para anegar a la gente

corriente

en fieras tramitaciones

de acatamiento exigente.

Que otra cosa no aprendieron

en las escuelas teóricas

y las retóricas aulas

a las que sólo asistieron.

 

Desde su “sabiduría”

dan “lecciones” para el campo,

la pesca, los ganaderos,

los transportes, el comercio

y la industria y los horarios

y lo que pueda quedarme

de tan extenso calvario

olvidado en el tintero.

 

Como estorbo, ya les vale.

Para personas de a pie,

no son más que un mar de males.

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