martes, 29 de septiembre de 2020

El mártir

 

Con las mentiras apolilladas de costumbre, la machacona Laura desplegaba ayer, en alguna entrevista, el abanico de la matraca separatista para intentar defender a Quim de la condenita modosa con la que el Supremo lo sanciona por desobediente contumaz y rebelde contra una ley electoral.

Con seguridad, la conducta y las actuaciones que de forma sostenida y obstinada ha exhibido ese impresentable presidente de la región catalana dan para bastante más que el corto periodo de inhabilitación que le han aplicado. Pero se diría que por ahora sólo le han tocado un pelo de los muchos disponibles en su piel de dura y correosa calidad montuna.

Y que no han faltado sus “hooligans” y otros cafres numerosos a la algarada pública con la que se celebra (siempre dentro de las “cívicas” y “democráticas” maneras que tiene lo mejor de cada casa) la farsa de desagravio que lo consagra como mártir de esa hermandad y archicofradía de paranoicos.

lunes, 28 de septiembre de 2020

El portentoso aplomo de unos "jetas"

 

La cosa que tiene la “tele”, ese electrodoméstico, es que con el asunto que con pompa y boato llaman “hemeroteca” es muy difícil ocultar según qué y hacernos perder la memoria por completo.

Así que, muestra de ese fenómeno, por las redes rueda una antología: no exhaustiva, más bien una selección, un medio resumen de las “perlas” que Illa y Simón, como señaladas y visibles cabezas de chorlito, fueron desgranando, con fecha puntualísima y, para la posteridad, insoslayable, al respecto de lo que se nos venía y se nos ha venido encima.

Frases y afirmaciones soltadas con un apabullante aplomo, con un énfasis de seguridad y conocimiento que, visto ahora que eran más que falsos, o bien las dictaba la más flagrante ignorancia o bien daban gato por liebre, dentro de la peor calaña canallesca.

Si lo primero, no valen para sus cargos ni merecen sus sueldos y emolumentos; si lo segundo, ¿rendirán cuentas y pagarán la factura correspondiente ante el juzgado de turno?

La gravedad de ambas posibilidades (ya que, faltaría más, no puede omitirse la cuenta de muertos y contagiados ni el desastre económico ni las demás “lindezas” de la pandemia y su calamitosa gestión) no tiene límites, ni puede ser más clamoroso escándalo de tales dimensiones.   

viernes, 25 de septiembre de 2020

El vuelo de los versos

 

Para que no nos tilden de soberbios

ni de adjetivo que también pudiera

implicar un matiz de altanería,

no hemos querido llegar a señales

que, como las de Azca,

nos diesen con el tiempo nombre y fama

de excesivos o bien intemperantes.

Y, no obstante, dejamos preparada

una elegante pista en que posarse

este OVNI nuestro, orondo y estival:

el cálculo puntual

de diámetros y de otras dimensiones,

deliberado y acotado queda.

 

Llegue de noche sobre el mar oscuro,

derramando sus luces siderales

-asombro del perplejo vecindario-

o bien de día, en un atardecer

de prodigioso y mágico espectáculo,

descenderá con cadencia oscilante

y extenderá su impensable estructura

de inédito y artístico fantasma

del blanco resplandor con que la nieve…

 

-¿No piensas parar?

-¡Qué sabe nadie!

jueves, 24 de septiembre de 2020

Mañana de septiembre

 

Hoy el mar “viene y viene”

en largas pausas lentas,

trayendo su rumor

familiar y calmado

hasta dentro del porche

acristalado.

 

-Qué te gusta salir por peteneras.

-Eso es así.

 

En el jardín,

vamos cumpliendo etapas

del “proyecto ambigú”

que maduró despacio…

 

-Bueno estás tú “pa” unas prisas, parsimonioso.

-Si no vas a hacer más que interrumpirme…

-Prosigue, pues.

 

Y como Maritere

se ha lanzado entusiasta

a la restauración

-cuadros, sillas, espejos-,

después de los pintores

continúa en la casa

un aire reformista

de laca tapaporos

y barnices y así.

 

Un poco desbordado

por tanta actividad,

procuro replegarme

acudiendo

a este quehacer modesto,

sencillo,

de las meras palabras.

Hasta mañana, si Dios quiere.

martes, 22 de septiembre de 2020

Nada nuevo

 

Un clásico. Hasta Samaniego (o quien lo hiciera) debió servirse del caso como fábula vistosa, ejemplar.

Nada como juntar a una farola y a una polilla para que el desenlace sea bastante previsible.

Y claro que la ambición de la fama y el dinero (tan en apariencia fácil ahí) son tentación poderosa.

Pero esa trampa en la que se cae, en estos tiempos en que de todo hay noticia, por lo menos no anda con mayores disimulos.

Así que, no procediendo abonarte la ingenuidad que, después de tantos años de “oficio”, imposible es que no se te hubiera caído ya, mucho riesgo, tú y otros, habéis tomado al jugaros tan temerarias bazas contra una máquina que sistemática y sucesivamente se finge acogedora, casi cariñosa con sus “hijos”, para luego ensañarse en su minuciosa y sangrienta destrucción.

Esa máquina, ese escaparate de corrupción seductora, también a vuestra más boba vanidad lisonjea; tanto que ni una polilla resabiada como tú, con tus modales entre rabino y jugador de ventaja, ha sabido sustraerse al embrujo. Y ahora no te queda sino someterte a las mofas sádicas con las que tus miserias y trapos sucios se exponen, a cambio, eso sí, de unas migajas con las que -- bálsamo poco suficiente -- te hagas a la humillación y al íntimo rito de lamerte las propias heridas, Antonio, quemarte en la farola que, como otros idiotas, elegiste.

lunes, 21 de septiembre de 2020

De fiesta

 

No falta quien sostiene

que esto ha sido una trampa programada

por los sabios perversos que, en sigilo,

cuando les da el capricho,

nos llevan por las trochas que les peta,

nos deciden las vidas

y nos arrean como a una manada

o el viento, a una cometa.

O bien que a los cabrones que comento,

con culpable, dolosa negligencia,

se les fue de las manos y la ciencia

un maldito y nefasto experimento.

 

Como en las más Antiguas Escrituras

que atroces plagas y calamidades

nos refieren, causando nuestro espanto:

así ha dejado el mundo, hecho unos zorros,

esa mierdosa panda de ceporros.

 

Y ahora piden paciencia,

comprensión obediente y sacrificio

con la estúpida y larga normativa

(rebozada en mentiras evasivas,

inflada de tunante incoherencia)

que, afirman nuestros jefes,

podrá reconducir el maleficio.

Entre tanta tormenta

y viendo que no atienden a otra cosa

que al cínico reparto de la tarta,

¿no quedará un mal rayo que los parta?

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Los Hados y Lady Taladro

 

Con la determinación pintada en el rostro, pertrechada con el maletín y las cajas (latón polícromo en relieve, mantecados y otras delicias de “La Despensa de Palacio”) que contienen el creciente surtido doméstico de las herramientas, Lady Taladro emprende, en estos días de reformas y así, la ejecución rigurosa de orificios que van a albergar el repertorio de pequeñas piezas (tacos, escarpias o alcayatas, cáncamos, hembrillas, tornillos, aunque es posible que mi ignorancia mezcle redundante sinónimos castellanos y andaluces, etc.) para sujetar y/o suspender una variada colección de cuadros, lámparas, perchas y similares que regresan a o inauguran puntos de colocación por la casa.

Mide distancias y tamaños con insistente fe en la teórica perfección de paredes y suelos. Cuando mi proverbial escepticismo (mi desconfianza general en el comportamiento de la especie humana) le sugiere el clásico desdén que, en la construcción previa, operarios de toda laya conceden a la horizontalidad y a la simetría, apenas deja entrever la duda y prosigue con resultados que suelen ser positivos.

Entonces admiro el porcentaje de éxitos con que los Hados premian su laboriosidad, como solazándose en desautorizar mis frecuentes zozobras, la inseguridad que en tales trances se enseñorea de mi ánimo y lo cubre de sombras.      

sábado, 5 de septiembre de 2020

Una de cal y otra, de arena

 

Ha poco que un suceso luctuoso

sembraba cierta sombra por tu vida;

y en cambio hoy nos da la bienvenida

una sorpresa de tinte glorioso.

 

No sé qué se hizo el Tiempo. Pero era

apenas una niña que en Clamores,

junto a la mía, iban de espectadoras

casuales de una “gala” con el trío.

No era horario infantil conque esa noche

ambas, como se dice, eran derroche

de asombros entre el público asistente

(adultos nocherniegos, buena gente).

Y ahora estrena una etapa

que, por súbita y clásica que sea,

hará que revisemos nuestros mapas

y el pentagrama de nuestras corcheas.

 

Píonono, si te fijas,

con noticias de esas,

nos hacen “más mayores” nuestras hijas.

jueves, 3 de septiembre de 2020

La vida... digamos que sigue

 

Convoco a la casa que habito

una cuadrilla de pintores.

El trastorno se muestra inaudito;

los efectos, devastadores.

El muestrario de los colores

que teñirán nuestras paredes

es ambiguo, confuso, impreciso:

trampa mortal con hondas redes.

Y aunque la duda, que es personal,

añade un plus de daltonismo,

ese muestrario, tan desleal,

no refleja los tonos lo mismo,

induciendo a una adquisición

de material equivocado,

a indicios de depresión

y de pulso que brinca alterado.

 

Hay matices de azul y amarillo,

asimilables a herejía,

que confunden al ojo avizor

con sus trucos y anomalías.

Conque barrunto lo peor,

las más temibles profecías,

esperando unos resultados

de cruel charada y lotería.

 

Derrumbado de mi equilibrio

que de suyo es más bien escaso,

hoy os traslado este fragmento

con rimas de ritmo algo payaso.    

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Por allá la veremos

 

Ya imagino que alguna picardía

-de las que quién no ha sido autor un día—

ha de vetarle la directa entrada

al Cielo de los Justos.

-- ¿Las picardías esas que dan gusto?

-- Eso ha de ser; mas nada, en todo caso,

que no resuelva bien la encrucijada

sin mayores retrasos.

Y con la breve estancia preceptiva

que cumpliméntase en el Purgatorio

(el grupo, no: el otro, más notorio),

ya le darán acceso merecido,

a medida, sin duda, y sin ruido.

 

Por allá la veremos

cuando también lleguemos al extremo

de este “long, winding road”.

Y en entremientras,

que Dios reparta suerte

en estas antesalas de la M…