miércoles, 27 de febrero de 2019

Fechas cosmopolitas

Ya puestos en que somos un sensacional país multicolor, como evidencia la multitud de banderas, auténticas o inventadas y falsas que sean, con las que profusamente se adorna todo tipo de "expresiones de la voluntad popular" y revuelos (incluyendo eventos deportivos y happenings de tardo"hippies" y demás tribus), y que la más descriptiva de todas parece ser la del arcoiris de los LGBTI... WXYZ, lo más cosmopolita de estas fechas es lo guay que nos queda lo del MOBAIL (que es como pronunciamos MOBILE, con tal de no llamarle al asunto Congreso Mundial de --la tecnología--Móvil, que a lo mejor no quedaba tan mal) mientras los catetos del separatismo alardean de su mala educación y aprovechan para insistir con esa matraca que, a cambio, tanto trato de guante blanco recibe. Y que termina dando lugar a un muestrario chocante de compartidas hipocresías. 

martes, 26 de febrero de 2019

Toponimias

Es como si cosas que una vez vivimos, le hubieran ocurrido a otra persona; puede que porque el Tiempo (y nunca nos fuimos dando cuenta suficiente) pesa, influye, modifica más que ningún otro fenómeno a nuestro alrededor.
En estos días, sucesos graves, lamentables tienen lugar preciso entre Cúcuta y San Antonio de Táchira, nombres que resuenan en mi memoria, frontera que una vez crucé, volviendo desde Caracas a Bogotá, entre el entusiasmo de unos instrumentos de música adquiridos para el grupo de entonces y la peligrosa inconsciencia de mi indefensión, solo en un taxi cualquiera, por aquellas carreteras de Dios en las que cualquier cosa, incluso encontrarme a Fitzcarraldo, pudo suceder.
¿Qué tirón empuja a tales temeridades a los veinte años? ¿Qué fortuna, qué casualidad protege y blinda las imprudencias, las jugadas cuyo alcance temible ni siquiera sabíamos imaginar? No me reconozco.
Y contado así, podrá decirse que exagero. Pero --sólo ahora-- sé que no. Ahora, cuando escucho por televisión nombrar esos lugares que extrañamente figuran en mi historia, en asuntos personales que el recuerdo tendría que esforzarse en detallar, y cuyas luces se han perdido en parte, niebla tras niebla, noche tras noche.
-- Como el título de aquella canción de Solera.
-- Correcto: una letra que escribí, de amores frustrados de los que, en el corazón, ese motor veterano, andan destilando el dorado (¡Eldorado!) resplandor de la vida y sus leyendas.

lunes, 25 de febrero de 2019

En aras de la variedad en los discursos

A mí me sorprende, Inés,
tu isócrona inadvertencia:
¿no hay un asesor siquiera
que de manera somera
te ayude a dosificar
esa consigna vistosa,
quizá bienintencionada
pero, amiga,
resueltamente empachosa?

Cuando en juveniles lances
siempre puede darse el trance
de la atroz reiteración
(sé de lo que escribo, Inés,
porque en lides musicales
otrora hice promoción),
nos aconseja el instinto 
esquivar el laberinto,
no insistir a troche y moche
en frase que, en el derroche,
termine siendo un fantoche.
¿Cuántas veces consideras
suficientes
antes que "el dejar la piel"
nos parezca pesadilla
negligente?

¡Que Alá ilumine tu mente
y de forma concluyente
encuentres alternativa
a esa oración machacada!
¡Que ni el cortés adversario
ni el enconado enemigo
te achaquen eso que digo
y puedan denominarte
Doña Inés Despellejada!

domingo, 24 de febrero de 2019

Vueltas de tuerca

En la remesa de "pelis" más o menos americanas que viene exhibiendo la cartelera estos días de evasión, y que siempre se agradece para huir de la doméstica mediocridad de "nuestras" producciones, y de las memeces del cine +ficción+comic+desafueros que otro tanto abundan, hay un pálpito como de recuperación de esos veteranos que permanecen y que dan al oficio el acabado auténtico que otrora solía ofrecérsenos.
Es natural que ese sesgo incorpore una cierta reiteración y que los temas, revisados, y los responsables de ellos tampoco sean todos de un mismo nivel. Y así, mientras "Creed II-la leyenda de Rocky" apenas es una secuela de la trillada saga, impecablemente rutinaria y ya más que agotada, que Stallone resuelve con un notorio cansancio de limón exprimidísimo, Redford en cambio consigue que el personaje del atracador con encanto y buenas maneras vuelva a dar juego y que El señor mayor y la pistola ("The old man & the gun"), o El viejo con el arma de fuego, que ya es traducir, se deje ver entre la sonrisa y la comprensión de que la afición, la vocación y la profesión, como la procesión, pueden ir por dentro, y por fuera, y proporcionar al espectador unas razonables y no menos aceptables tardes de cine. 

sábado, 23 de febrero de 2019

Rectificación editorial. Urgente:

Lamentamos tener que informar, anonadados por semejante error, que se ha producido una fatal equivocación al dar a la imprenta el último "best-seller", recientemente engendrado por nuestro más fantasmagórico y desvanecido piernas.
Contritos y consecuentes, hacemos constar nuestro propósito de retirar de los puntos de venta en los establecimientos del ramo todos los ejemplares publicados al comprobar que el título llamativo en la portada no es el que aparece sino MANUAL DE FLATULENCIA, que con mejor acierto transmite su esencia incontinente y vacuo estilo.
Procedemos de inmediato a flagelarnos como un penitente tributo que quizá no sea bastante a paliar la ofensa inferida contra la crédula bonhomía de los desprevenidos consumidores.

viernes, 22 de febrero de 2019

Montero y Cía: parlas veleidosas

Quizá debieran, las paladinas del "lenguaje inclusivo", llamar a ese torcido manoseo de la gramática "jerga aflictiva". ¿Les sonaría más feministoide?
Como inundadas de cacofonía, ignorantAs deliberadas, máquinas de repetir el caprichito subversivo, "ridículas no todas preciosas" e impulsoras a ciegas de resabios que ni Evita, ni Imelda, ni Agripina llegaron a soñar, ya se ve que jamás nos darían el opio ni con tal ni con gracia alguna.
Catálogos del aburrimiento (emulando con ello lo peor de los desafiados), de tan ensayaditas como dispensan la retahíla inacabable e inacabada de sus monsergas, flaco servicio hacen a lo que la sociedad DEBE VERDADERAMENTE "rearticular" para las ciudadanas, que, de seguro, nunca consiste en echar a perder la lengua y la literatura españolas.
Así que "unidAs pueden" ser un dolor de cabeza mientras terminan de extender sus sombras y no cesan de empacharnos.
Que Minerva las perdone porque cuando, además de la incultura, se dan la intención dolosa, el fanatismo, la demagogia, etc. la falta de propiedad en el empleo de las palabras y la falta de respeto al respecto son un generador de basura mental cuyas perversas consecuencias pueden llegar a ser incalculables.   

miércoles, 20 de febrero de 2019

Vistosas variedades del asombro

Cuando con asco y cansancio el Hipocampo iba a desconectar ese electrodoméstico alienante que es la "tele", ante las mentiras y la vanagloria impúdicas de Alicia en su país de las Maravillas 2.0, una pequeña noticia lateral le ha hecho recuperar una pasajera dosis de buen humor y preguntarse:
El personal, ¿no os parece un asombroso ejemplo de variedad infinita? Porque quizá sea muestra de ello el caso de la visible vocación triple de ese cura que, además de conducir las almas de sus feligreses, reserva tiempo, mimo y dedicación a la ingesta aficionada de los espirituosos y a conducir el correspondiente automóvil sin que desde su punto de vista se detecte mayor incompatibilidad entre tales actividades.
Acaso haya un punto de imprudencia en la ponderación con la que combina los ingredientes, las varillas de ese abanico singular; pero ¿somos más prudentes los ciudadanos al ponernos bajo la peligrosísima dirección y el chulesco mangoneo (iba a escribir "mamoneo") del frívolo patoso, con sus relapsas afirmaciones y arbitrariedades? ¿Al dejarnos abanicar por este émulo tardío de Locomía, este chalán impresentable, este fantasioso cambiador urgente de colchones? 


martes, 19 de febrero de 2019

--Te pones...

Impresionante de majestad y belleza, la actriz protagonista de "María, Reina de Escocia" oscurece el resto del film, por más que éste se sostiene con solvencia y méritos apreciables.
La expresión del rostro, los imperiosos matices de la dignidad y el orgullo del abolengo y la preeminencia, la jubilosa seducción, la firmeza denodada, la convicción del origen, el destino dinástico como un propósito inapelable al que se dirigen todas las razones, incluso las "armas de mujer", llegado el caso, dibujan con esmero un personaje esplendoroso cuya caída, entre los resortes terribles de la conspiración y la lucha despiadada por el poder, queda por contraste más dramática y perfecta para que no podamos perdonar a sus enemigos.
Un gustazo para los sentidos, unas voces impecables de los actores de doblaje y una vuelta en la elasticidad del Z3 que baña la luz de Cádiz, maravillosa, de las siete de alguna de estas tardes, prematuras precursoras de primavera.

--... "morao" de cine.
--Más bien sí. 

lunes, 18 de febrero de 2019

En la construcción

de "Jefa por accidente" no se ha consentido una sola grieta para la sorpresa, y hasta la abultada obviedad de las "casualidades" logra que esta historieta (algún gramo de drama, sentimentalote y facilón) sea lo que seguramente pretende: el pretexto para que López luzca "la armonía de sus contoneos" y resulte nuevamente el relevante ejemplo de mujer latina (sobreviviente incluso al desmán de las pestañas postizas) al que responden casi siempre los personajes que va interpretando, año tras año, y que de modo prudente reivindican la lucha y los meritorios ascensos femeninos en los escalafones sociales, económicos, etc. de nuestro sufrido presente.
La "peli", fácil como dicen que es pescar en un cubo, tiene la corrección de hechuras y el acabado de contenido lujo industrial que garantizan que, en el desenlace, las perdices estén servidas para el más complaciente confort de los espectadores y para que nuestra mente descanse entre los algodones de un metódico y suavemente perceptible proceso de evaporación.
Y con todo, por personales razones, ahí está el pellizco cuando suena una versión en voces de mujer de otra de las canciones hermosas e históricas de Paul Simon, que ya anticipaba nostalgias, anhelos no resueltos, la hermandad intergeneracional ("Kathy, I´m lost... empty and aching and I don´t know why") con los dulces venenos decadentes y la compartida sensación de no encontrar hacia dóndes ni hacia qués, pese a los inútiles resplandores, bellos y nihilistas, de los cantautores poetas, Cohen, Dylan, el propio Simon... intentando abrirse paso por entre los velos de los sonidos del silencio satinado de la soledad.  

domingo, 17 de febrero de 2019

Los aprendices

Si la Esfinge, permanencia, poder y fuerza extraordinarios, también va rindiendo sus estandartes a la paulatina, aunque inexorable, destrucción del Tiempo, qué menos que este cónclave, de veteranía tan menor, acuse su propio y desconcertante deterioro. ¿Acaso décadas apenas tendrían que respetar esencia que tan moderados relieves presenta, tanta contingencia impermeable al rito, a los eternos retornos, a los "trilurites"?
Nos miramos de frente (y observamos de reojo) alrededor de la mesa, corte de comensales, mientras van y vienen algunas anécdotas que ya revisten presuntuosa categoría de leyenda, no exentas de humor, algo desvaídas acuarelas de surrealismo, añadiendo la flexible comprensión que la memoria  amistosa reclama.
Evaluando las señales, los discretos subterfugios que matizan gestos, recuerdos, complicidades, secretos incluso a voces a los que casi no se hará  alusión que no sea tangente, velada; eludiendo lo que Cortázar apuntaba de soslayo en un relato suyo, sobre "la rutina lamentable, los años monótonos, los fracasos que van royendo la ropa y el alma..."
¿Será (también del finado Julio, con la argentina desenvoltura literaria de su talento y su arte, a cuestas siempre) verdad esa opción que "lleva en tiempos de corrupción y venalidad a refugiarse en una finca solitaria, entre libros y flores más puros que nosotros"?

sábado, 16 de febrero de 2019

"Glass"

Aunque la pericia de los actores principales (que en primera instancia funciona como gancho para el espectador) queda bien demostrada, el galimatías propuesto por "Glass" ( o sea, cristal o quizá vidrio) no se despeja ni cuando, después de una epifanía por el desquicie y las demencias más surtidas, el film ensaya una arbitraria y confusa explicación paranoica y casi esotérica, abundando en una sutil e imaginaria línea vertiginosa que intentaría suplantar la realidad con disparates descomunales, engendrados por las adicciones y la industria del "comic" de superhéroes y bla, bla, bla.
Dejando a un lado la posibilidad de que los señores mayores no estamos ya como para según qué esfuerzos del entendimiento, lo cierto y verdad es que tampoco hay que fabricar tan considerables marcianadas, ni siquiera adobándolas de extremos psiquiátricos y pequeñas dosis de sadismo.
En resumen, parece literalmente una película de locos.

viernes, 15 de febrero de 2019

Al costado de la Catedral

Cincuenta años pasaron
y está claro que no quedan
las ingenuas iniciales
que grababas en un roto
revoco de yeso fresco
al costado
de la Catedral de Cádiz.
(Vienen hoy a tu memoria
aquellas primeras veces
de la amante prodigiosa,
delicada, cariñosa,
que te estrenaba la carne.)

Y ahora,
cruzas la avenida al mar:
lo que sí queda es el agua
--ese otro deslumbramiento--,
para seguir, de momento,
insistiendo en tu soñar.
Soñando en vano, insistiendo.
Y en la plaza de las Flores,
la añoranza,
tantos recuerdos y amores,
le comentas a un amigo
que te dice con templanza:
--¿Genio y figura, Rodrigo?

jueves, 14 de febrero de 2019

Aquí estamos

Sabedor de vuestra mala fe, de la impostada paranoia victimista y teatrera con la que se nutre la mentirosa e incansable propaganda separatista; conocedor de la bastardía con la que en algunas instancias infieles a la debida reciprocidad se ha prestado crédito a vuestros desvaríos, el Tribunal que ahora os juzga se propone daros un ejemplo de inteligencia; cumplir con las reglas escrupulosamente; lograr un equilibrio del rigor y la ponderación. En suma, concederos un trato y unos miramientos que vuestras conductas arteras no merecen pero que, Dios mediante, serán intachables.
Que esas luces no aclaren vuestras tinieblas; que vuestra miseria intelectual se resista a incorporar el fracaso necesario de los envenenamientos y las estruendosas tomaduras de pelo del cansino "procés", eso es ya otro cantar.
Y vaya, más vale que la imparcialidad (no el exceso de elegantes sutilezas, no la generosidad mal entendida, no los retruécanos de la retórica y las "conveniencias" de NADIE) sea el único resorte que ventile toda esta desgraciada cuestión. 

miércoles, 13 de febrero de 2019

Abstenerse diabéticos

La expresión de perfecta inocencia, en el rostro de la protagonista, y el apasionado vibrato de las cuerdas en la música de ambiente, junto con unas bellas imágenes, manifiestan ya los indicios que nos van alertando de este melodrama, fundamento o pretexto que sea para una revisión más en la denuncia del sufrimiento, la humillación y el gigantesco maltrato que el racismo supone.
"El blues de Beale Street" (o sea, el blues, que ya es un género musical, de la calle Beale, ¿no?) se toma con redomada calma su tiempo para hacernos considerar ese tema, con un cierto regusto maniqueo de blanco y negro que omite de modo algo ingenuo, o puede que capcioso, la existencia notoria del gris.
A la salida, el espectador, con frecuencia ecléctico y escéptico, oscila entre la aquiescencia y un escarmentado suspiro de prudentísima distancia.  

martes, 12 de febrero de 2019

Tres patas "pa" un banco

Los aspectos del conflicto
-- astracanado proyecto
que es un producto perfecto
de insumisión alarmante --
se empiezan a examinar
al presente en el Supremo.
Y desde el paso del Borgo, 
con su parla extravagante
diz que se viene a "observar"
el Torra, tozudo y memo.

¿Vendrá el soso comediante
con su lacito amarillo,
y sus notas discordantes
y sus mensajes de pillo?

Estratégica pandilla.
Tercas marisabidillas
con mañosas zancadillas:
el uno, anclado en el trullo,
el otro, huido en Bruselas
y el cargante del lacito.
¡Aquí, el que no corre, vuela!

lunes, 11 de febrero de 2019

"Ditirambo" para el rey del mambo

(Al final, con otros modos
y hasta las cejas, de lodo,
vas a ser otro Maduro
atornillado al sillón.)

Por un lado está el clamor
y el canto de las verdades
del barquero,
que apuntan tu deshonor
cuando amagas sin rubor
la infamia de un "relator"
pastelero;
de otro lado, alrededor,
pescando en río revuelto,
suena el aplauso impostor
de tus perrillos falderos;
y para redondear,
el espesor del silencio
cobarde de los corderos.

¿Nadas y guardas la ropa
porque te falta un hervor?
¿Y ahora llegas con las prisas,
la sardónica sonrisa
de la portada en tu libro,
si es que es tuyo..., don Capullo?
Me lo pones en bandeja
para una rima pareja:
¿Tú eres del puño y la rosa?
En tal caso,
rosa de pitiminí.
Un fracaso,
capullito de alhelí.
¿A que sí?

domingo, 10 de febrero de 2019

Del poder y la sicofancia

Gloriosa en la recargada aunque innegable estética de los salones, los jardines, el vestuario, los fastuosos tapices y demás ornamentos que con profusión decoran y resaltan los ambientes de "La Favorita", las tres mujeres, máximas de tiranía y de intriga, de ceremoniosa perversión y de corteses hipocresías calculadas, comparten la pasión y el protagonismo de esa historia de tensiones y ambiciones.
Hay un trasfondo de costosa guerra y de intereses políticos, pero lo fundamental vuelve a ser ese eje erótico del poder más las electricidades fisiológicas, las hormonas, las histerias y sus turbios vasallajes, el estragado tirón del rayo que no cesa.
Algunos diálogos cortantes, donde la amenaza tiene su aposento, y ricos pasajes de la música en la banda sonora, hacen también de este peliculón un extraordinario espectáculo, cuya brillantez enganchará con soltura a los espectadores, a pesar de la escasa, o nula, calefacción de la sala, en la matinal de una jornada cualquiera.  

sábado, 9 de febrero de 2019

Del buzón

-- ¿Y estos versos te han llegado ahí?
-- Ya ves. Y les hago sitio en el "blog" porque, aunque anónimos y algo barrocos, y que corren el albur de parecer remotamente sombreados y deudores mínimos de Valdés Leal, me han sonado verdaderos:

El despecho seguramente guía
el gesto adusto de descortesía
con el que cortas la conversación
de sopetón, colgándome el teléfono.

Tú te enfadas mientras que yo lamento
que nuestros reiterados desencuentros
y nuestros deplorables desajustes,
a la postre nos hayan conducido
por esta senda (aunque nos disguste)
barnizada de malos entendidos:
un gran amor malherido, sin suerte,
con los sobrios crespones de la muerte.

Con torpezas y error, sin convicciones,
con pasos de creciente titubeo,
habré de sosegar las emociones
defraudadas, ausentes de deseo.
¿Y empezar en primero de solfeo?
¿Buscar dónde coloco la ternura
mientras caen, metafóricos,
con su timbre alegórico
los demorados puntos de sutura?

viernes, 8 de febrero de 2019

Una nueva etapa

Transcurridos once años desde que fichara por la escudería de Carolina Herrera, en la división de New York (o sea, York la Nueva), la quincuagenaria diseñadora británica Caqui Persimon se ha establecido por su cuenta, respaldada por su acumulado prestigio en el evanescente mundo de la moda y financiada en parte por el capital que obtuvo al divorciarse del magnate Duncan F., cuyos devaneos de índole homosexual habrían contribuido de manera considerable a la crisis que desembocó en sonado desenlace y ruidosas reseñas de las revistas especializadas en escándalos de sociedad y otros amarillismos.
Preguntada por los periodistas en la nebulosa rueda de prensa que su gabinete de imagen llevó a cabo, la intrépida artífice ha manifestado su propósito de presentar en breve la colección primavera/verano que inaugura su nueva etapa, en la que toda idea de vanguardia florecerá sin el sometimiento y las cortapisas que a su estro creativo, con diplomática aunque recelosa y pérfida hipocresía, hacía sentir la suspicacia enfática de la ex-patrona.
Sólo las lenguas de doble filo han sugerido, de forma velada y sin embargo insidiosa, que la euforia que perfumaba sus declaraciones pudiera estar resaltada por una nunca discutida afición al licor escocés de malta.

jueves, 7 de febrero de 2019

Como no sea por ganas de incordiar...


--¿Y a ti no te ha llamado la atención ese pintoresco aquelarre que, no hace mucho, han escenificado los ilusos/ingenuos/ignorantes/”interesados” para evidenciar su presunta añoranza y consecuente protesta por el desalojo de aquella invasión de maxiokupas que el Islam desarrolló en España, siglos atrás?
--Más bien, sí. Pero, como la moda es fomentar los manicomios, no es imposible que se den brotes de esta desorientada querencia, a medio camino entre un falso romanticismo bobalicón y una cursilada caprichosa y de escaso y/o errático análisis.
--¿Y tú crees que Granada, Andalucía, estarían mejor, a 2019, reproduciendo el diseño al que responden los países árabes, según vamos viendo?  
--Apañadas iban, pobres.

miércoles, 6 de febrero de 2019

Seguramente es verdad


El ALTO CONTRASTE entre el refinamiento y la cultivada actitud vital de un excepcional pianista y los rudos modales “del barrio”, que son la sustancia de un familiar y mafiosote superviviente, da para una cinta que, no del todo road movie, pinta bien, sin truculencias innecesarias, la gira que músico y chófer llevan a cabo por los sureños estados USA, cuando la cosa era más flagrante de lo que luego se ha ido relativamente ajustando.
En “The green book” (que el santanderino Revilla preferiría conmigo “Libro Verde”), el dúo idealista/realista podría reflejar tanta pareja de ficción que ya se nos ha planteado antes y, sin empacho, apunta ejemplos de dignidad y otros, de gramática parda; relieves de sutileza y sentido de cómo se componen las situaciones pedestres, en lo que ambos personajes con reciprocidad van educándose y encajando.
La “peli” demuestra con su natural y legítimamente elaborada sencillez hasta qué punto van sobrando las muy frecuentes alharacas que aquejan al cine contemporáneo. Y sí, seguramente es verdad que el mundo está lleno de solitarios que no se atreven a dar el primer paso; pero también de quienes lo dan, infructuosamente.

domingo, 3 de febrero de 2019

De algún día de este enero que pasó


Invicto es el no vencido.
Invencible, el que nada ni nadie podría someter.
Ni uno ni otro, términos que me vengan jamás de molde. Pero hay una sensación inocentona de poderío cuando se viaja a Cádiz en autobús y se contemplan las salinas, los canales ahora bordeados por una densa floración silvestre y amarilla, y se siente un empaque de dominio sobre los automóviles, que ruedan con menor estatura, más bajitos, claro.
En las tiendas de ropa pregunto por obsoletas prendas que ya no se consiguen, quizá ni se fabrican, a estas alturas. En las zapaterías, grandes titubeos, enorme falta de aplomo, modelos anodinos o directamente adscritos al adefesio, al diseño hiperbólico y monstruoso, inexplicable.
En el puerto hay un barco grande (el Aida) de pasajeros, que sigue la moda contemporánea de parecer un bloque de viviendas, de muchos pisos.
Tres, cuatro horas (¿gafas, relojes y baratijas?: nada), dos camisetas (hueso, gris), frío que pela. Cedo – no te alarmes – a un Canasta Cream; con chicharrones. Y, consecuente con el lema turístico/municipal, recojo al Z que me esperaba aparcado y algo atónito junto a Andalucía de Pinturas, admitiendo lo confortable de recuperar mi recóndita, convicta, concentrada condición de conductor.

sábado, 2 de febrero de 2019

El espía


El trotecito corto con que agita
el frenesí ortopédico del brazo
cuando, dando bandazos,
sale a fisgonear de su garita,
es pintoresca seña de su porte
que vemos repetida por la tele,
en las veredas de la Villa y Corte:
trampas y “micros” bajo los manteles.

Con su precario camuflaje a cuestas
--la gorrilla canalla, el cartapacio—
no parece astronauta del espacio
ni caballero en un cantar de gesta
sino un vulgar espía sainetero
que Santiago Segura pergeñara,
un “Torrente” que por los mentideros
metiera en todas partes la cuchara.

La honra de los próceres preclaros,
el destino de la Nación entera,
¿cómo pensar que fueran
expuestos tanto a tanto desamparo,
a tanta pringue rancia y traicionera?
¿Y es posible que tales apariencias
no nos hayan servido de advertencia
y arriesguemos, inermes, el pellejo,
sometidos al cutre catalejo
y calamitosísimos manejos
de un personaje como Villarejo?

viernes, 1 de febrero de 2019

El decoro y el lujo


Teniendo en cuenta que se trata de una cuestión de sentimientos, enseguida se transita por terrenos resbaladizos y aun pantanosos.
Y desde luego que la desvergüenza implícita en la estafa no sólo es de considerables dimensiones y de truculenta hechura sino que también tiene antecedentes en un estilo de picaresca tradicional, teñida de macabro color. Y que hay fraude y algún otro delito de los que enumeran con profusión y acierto nuestros códigos legales.
Pero cabe preguntarse (siendo plausible la libertad de elección individual y familiar) hasta qué punto no sería preferible aceptar que la muerte verdaderamente nos iguala (con toda la filosofía, la religión, las artes y especialmente la literatura desarrolladas al efecto) y que bien podríamos, para ese momento ineludible, renunciar a señalarnos las presuntas y ya inútiles diferencias con las calidades de acabado, diseño y lujos que el catálogo ofrece, siempre resueltos en dinero, en precios, en tanta pompa fúnebre que, encima, se va a quemar en el incinerador, llevándose de una vez para siempre todas nuestras impresentables y extemporáneas vanidades.
Quizá un féretro sobrio, modesto y funcional – que en ningún caso promueva la infame tentación de la codicia – sea el mejor refugio postrero, la medida ajustada de nuestro definitivo escarmiento, la sabia advertencia de nuestra humilde condición de arcilla.