martes, 23 de agosto de 2022

En respuesta

 

Inquieres, Juan del Valle, los motivos

del femenino azul de aquella trova.

Qué te diga, no sé, que satisfaga

esa curiosidad con que divagas.

¿Que era un tiempo de brujas sin escoba?

¿Que el capricho azaroso de una tarde

no se sintió cobarde y a los antojos,

puestos a todo ron, en tal remojo,

cualquier otra expresión también sirviera?

 

Aquello, ¿cómo era?

Un trasnocho frecuente; primavera

más que real, soñada, permanente;

la gente que importaba y la otra gente

que el propio ombligo hacía inexistente.

Una zozobra, un teatro en el aire

que chisporroteaba así, al socaire

de aquella logia cuando se mecía,

un día y otro día,

en lúdico vaivén de juventud.

Y a aquel ferviente y bullicioso alud

¿ahora pides motivos y memoria?

Entre los recovecos de la historia

no encuentro lisonjera explicación.

¿Un latido fugaz de una intención?

Probablemente el corazón volcaba

flechas de sobra que el carcaj guardaba

y disparaba a ciegas o a traición.                                                                             

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