sábado, 1 de octubre de 2022

Las 1000 caras

 

A pesar de las insistentes razones con las que se insta al gobierno a reducir los impuestos, no hay manera. Muy poco o ningún caso y si sí, con remoloneo y tarde.

Porque con el incremento brutal que la inflación desmadrada ha originado en la recaudación, bien se podría. Y ya no digo mejorando la eficacia (y la eficiencia, que suenan a lo mismo) sino tal cual, es mentira que se resentirían las “políticas sociales”, la educación, la sanidad, las pensiones…

Con la socaliña burda de un escrúpulo (que con falsedad tergiversan) de regla de tres, del rayo láser en la justicia distributiva que equilibra a los desiguales, para lo que a este gobierno sinvergüenza le interesa trincar tanto, trincar más, trincarlo todo… es para manejar luego el dinero aplicándolo allí donde sea soborno y compra de quienes a cambio seguirán sosteniéndolo en el poder y el mangoneo mafioso. Con arbitrariedad, discriminación, sectarismo favoritista.  Burdos tramposos de manual.

Cualquiera, que no mire culpablemente hacia otro lado, puede verlo: sólo "engañan" a los que se dejan, porque seguramente son los mismos que salen ganando en este río revuelto, en esta gigantesca catarata con mil caras de la corrupción.

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