sábado, 29 de octubre de 2022

¿Ensayo para un funeral?

 

Lo cierto es que aquella jornada del 82, con su recuento de los diez millones de votos, éxito inédito, a todos nos ilusionó. El cambio por fin estaba ahí.

Era yo vecino de la Torre de Praga, en la calle Antonio López de Madrid. Y ese resultado, FelipeGlez., me pareció que era lo que andábamos necesitando para inaugurar un tiempo de esperanza que no tardó tanto en verse defraudada.

Ahora te prestas a la burda propaganda triunfalista de esta PSOE, residual, falseadora hasta de su ideología, que durante años ya malversó el caudal de los votos, mangoneando por todas partes con chulería e impunidades, con estilo de caciques de nuevo cuño, de “señoritos” otra vez, y encima sin el entrenamiento de los apellidos de familia; aunque más ávidos de revancha atrasada y de protagonismo soñado, que son síntomas de la ictericia que suele aquejar a cualquier aspirante largo tiempo postergado.

Los figurones de la Junta andaluza, por ejemplo, listos ya para que la miseria de un indulto les elimine las condenas. De la vergüenza nunca se preocuparon.

A esta patética verbena, a esta carnavalada melancólica no han querido apuntarse gente como Paco Vázquez, Redondo, Corcuera, ni el propio Guerra que tan era lo que también era “de los tuyos” pero tan suyo siempre. Por algo será.

Mucho puño en alto, tú y otros Glez. como tú: qué parche, “oyes”.

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