lunes, 3 de octubre de 2022

Quintero: un patricio andaluz

 

Mira que no hay mayor certidumbre y sin embargo un resorte interior nos empeña en una imposible e incrédula rebeldía. Cómo iba a ser…!

Y raro será que alguno de tus enemigos (que seguramente no te libraste de tenerlos) saque a pasear su miseria para denostarte o, al menos, intentar devaluar el mirto y el laurel que te corresponden. En vano, porque nuestra admiración y los aplausos que sin discusión se te deben borrarían esa mezquina insignificancia.

 

Tan sabio como prestidigitador, la estela y el magisterio de tu paso dejan hondísima huella y grande ejemplo; tanto más irrepetibles, cuanto padecemos estos años de decadencia que el periodismo y el espectáculo, la comunicación y la palabra sufren de manera estremecedora. Lo de hoy es impotente y estéril para hacerte sitio: tu sitio. Lo de hoy es esa generalizada incuria, esa ignorancia ufana de su barbarie que más extiende el láudano del olvido.

Dicen que, durante la siesta, entraste al silencio final. Tratándose de ti, hay buena literatura y un destello de patricio andaluz en ese  apagón, Jesús.


Se están yendo los mejores. Y no se ve el relevo.

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