jueves, 13 de marzo de 2025

Para el calendario

 

Una azarosa y no elegida carambola, el largo, laborioso laberinto del ADN me han traído hasta aquí, hasta esto que soy o (razonable duda) creo ser, incluso parecer en esta onomástica jornada.

Anécdotas que me refiere una señora de mi árbol, como que Leocadia se llamaba la matrona que colaboró en mi aterrizaje, que yo estuve allí, hay que ver, y ni recuerdo tengo de aquello.

Que -eran tan muy otros tiempos- no estaba de moda andarse a alumbrar a las clínicas, y eso y todo era menos programado, más casero. Porque siempre cambian las cosas pero en este último siglo, la velocidad, la calidad y la intensidad de los cambios ha excedido la cota que, durante siglos, parecía haberse tenido por más o menos humana: por digerible.

Con sentido, dificultoso, del humor, con la mirada entre fatalista y amoldada, con la impaciencia todavía ocasionalmente ansiosa y el escarmentado aprendizaje de la edad, arribamos (es plural pontificio, que también se dice mayestático) a otra conmemoración capicúa, de las cuales ya se ha escrito por aquí y que, sorprendente fuera, de no ser de las últimas dellas.

-Mira que te pones arcaizante.

-Lo dan el acuario, el faro metafórico, los acantilados que casi no hay.

-Suerte.

-Más me vale.     

1 comentario: