lunes, 3 de marzo de 2025

Un completo desconocido, para los del inglés básico

 

Afectada de manera irremediable por la subjetividad, la tropa de los críticos (esas rémoras estériles) anduvo, como de costumbre, dividida; como de costumbre también, no hay que hacerle mayor caso. Lo que sí podía confundir al espectador es el rosario de nominaciones al OSCAR que ha recibido esta entre “peli” a secas y documental escaso que han estrenado sobre Bob Dylan.

Y, desde luego, seguramente no es para tanto. Y vale que uno de los inconvenientes de la aproximación a las más contundentes y extraordinarias figuras del arte (o del espectáculo, si se quiere) es que no termina de cuajar el duplicado, la réplica que se pretende en los automóviles: es misión imposible reflejar del todo a Marilyn Monroe o, en este caso, al Roberto de nuestros pecados. Por muy buenas intenciones que llegare a tener el propósito.

Y no es que sea malo el resultado, ni que carezca de valor y esfuerzo, según dicen, el cometido del actor protagonista; pero, taciturno y esquivo y rebelde que se represente, no hay manera de colaborar (que al cine se va a eso) y creérselo por completo.

Quizá es verdad que el mozo Dylan dijo (así se cita) que Picasso está sobrevalorado, que no seré yo quien esté en desacuerdo. Y a este “film”, o lo que sea, le ocurre igual: que deja abierta la puerta a su propio y elusivo y resignado título.  

1 comentario:

  1. Pionono agradece el comentario y tiene mucha curiosidad por ver la peli. Ayer, sin ir más lejos, me acompañó muy agradablemente a la hora del Martini el Sr. Zimerman.

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