domingo, 2 de marzo de 2025

La otra pata del banco o el ministro rijoso

 

No un cerdo ibérico, que así tendría

sabor y encanto de primera clase,

sino un rústico, hirsuto jabalí

de modos marrulleros y falaces.

 

Su insolente farol de impunidad

sostuvo con descaro el desafuero;

y el espejo del alma que es la cara

descubre lo que tiene de embustero.

 

La pringue de los “filmes” de Torrente

hace un cabal retrato de esta gente.

No se arredran por nada,

haciendo trampa en todas las jugadas.

 

¿Y votarás de nuevo a esa pandilla?

Impermeable al mínimo escarmiento,

¿se obstinará, insistente, tu ceguera

en tal cochambre y tal aburrimiento?

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