por el teléfono,
se quiebra en sollozos (emisarios de las lágrimas que no te veo), siempre me
contagio y te sigo, siquiera sea en cuota decimal; pero genuina, bien lo sabes.
Lolo se va,
últimas horas o jornadas de su recorrido. Tu amor por ese compañero va a atravesar
una pena que sólo los insensibles calibrarán exagerada. Y que no lo es.
El pelaje
suave, la mirada que (siempre se dice) parece que os comprendierais del todo, los
andares despreocupados y sus carreras de reconocimiento y bienvenida hacia mí,
en Granada o donde haya sido, otras veces. Coscón de suyo, muy receptivo a mis
caricias serias de sosiego silencioso, palpando, sintiendo los latidillos de su
cariñoso corazón.
Como “señor
mayor”, que decía Pepe, y sentimental como lo fuera Valle, si te sirve, te digo
que te hagas la cuenta de que ese astronauta regresa a sus estrellas, Irene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario