lunes, 5 de septiembre de 2022

Las fichas

 

Que no se debe tomar la justicia por propia mano. Que ello nos llevaría a la selva o al “farwest” de las pelis.

Pero ocurre que los ordenancistas que tal recomiendan omiten, o van a contrapelo de, una realidad, que no para de crecer: la justicia oficial, sobrevalorada y al tiempo impedida de sus infinitas rémoras, nos está protegiendo poco y mal; y tarde. Y aduce como excusa que sólo aplican la ley y que dice esto y aquello.

Pero siempre queda al juez la interpretación. Y queda que los legisladores escuchen el escándalo que provocan al no reformar los códigos con lógica no perversa, con mero sentido común, y no parece que eso les interesa. ¿Lentos burócratas pringados y a salvo de las salpicaduras?

Nos han teñido con la moda de la “piedad peligrosa” que sólo beneficia a los delincuentes. Para casos singulares, existen los “indultitos” que ya es recochineo.

Pero la indignación y sus motivos subirán de grado; y las anécdotas, de número. Hasta que resulte imposible frenar el efecto y, cansados de manipulación y anestesias embotadoras, cansados de injusticia, algunos, que van a ser muchísimos, echen a rodar -hasta el fondo- estas fichas de este falso dominó, este cáncer al que parecía imposible llegar.

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