jueves, 1 de septiembre de 2022

Caminante, ¿no hay camino?

 

8 o’clock de la mañana:

por la playa de Chiclana,

junto a la orilla del mar

muchas cañas de pescar.

Sombrillas madrugadoras

no muchas, que no es “su” hora.

Gaviotas sobre la arena

como buscando los restos

de la víspera y la cena.

 

Sin convicción, con desgana

cumplo con el poco ameno,

cotidiano y matinal

“circuito” sacramental,

que intenta la filigrana

de moderar el relleno

de la zona abdominal.

El horizonte previsto

de resultados tangibles

tiene un componente mixto

de expectativa invisible.

Que, a pesar de la insistencia

y la frecuente cadencia,

de momento nada noto

como no sea un remoto

ajuste del cinturón,

un poco los pies cansados

y un tanto decepcionado

el ritmo del corazón.

 

Desde Asturias,

frenando su silueta

con muy rigurosa dieta,

también contiende Rivaya.

Yo, observador de su furia,

redondeo en estos versos

este destino disperso

de caminante en la playa.                                                                                 

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