martes, 6 de septiembre de 2022

La energía, ese tormento diario

 

No sé qué opinarían Carlomagno, o la gente que se mató en Roncesvalles, batalla famosa.

Pedrito, estás entre la espada y la pared. Lo cual que hay que tener una jeta como la tuya para seguir sonriendo. Es más: parad de sonreír, TODOS, mientras los problemas no se solucionen.

Fíjate, tontorrón: propones terminar de construir un tubo que atraviese los Pirineos, que son montes importantes, seguramente duros de penetrar. Y Macron, que ha conservado sus centrales nucleares, dice que nones, que “pa qué”.

Luego discurres, Pedrito, que otro tubo por debajo del agua, submarino del mar Mediterráneo, que a saber cuáles sirenitas y pulpos encontrarás por medio, de camino (húmedo, mojado camino) hasta Italia.

La cosa es que un tubo o el otro tubo nos permitan suministrar (como héroes salvadores y primeros niños de la clase) a la frágil y comprometida Europa el jodido gas que, acuérdate, Pedrito, no lo controlas, memo, que dependes de Argelia hasta que con tus desaires y cagaditas se le crucen MÁS TODAVÍA sus propios cables; o de otros vendedores que nos sacarán los ojos con tu nefasta colaboración y sus precios inapelables.

 

Más falso que tonto, en eso no te puedes superar por muy temprano que te levantes.   

1 comentario:

  1. Si no propone nada, malo y si lo propone, peor. Afortunadamente cuando Feijóo sea presidente todas las decisiones gubernamentales te parecerán más inteligentes y acertadas. Curioso.

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