lunes, 12 de septiembre de 2022

Rumores

 

Con un mejor dominio; esta tarde se va sintiendo así.

Indaga ante sí mismo un argumento, incluso frívolo, que pudiera colaborar en el origen de esa sensación.

Sólo el calor del verano que ya pasa (los inquilinos de ambos lados ya desocuparon las casas y menos tráfico y menos transeúntes son señales poderosas, indiscutibles.) Sólo la alta temperatura lo empuja a vestir de camiseta. Vale que tiene amplia colección; y muchas de ellas, de modelos únicos con motivos seleccionados a capricho. Pero es mucho más de la manga larga, la chaqueta, propios de entretiempo, y todavía mejor, la ropa del invierno declarado, con algo de frío que puede matizar de manera creativa.

Con más de impaciencia que de verdadera propiedad, ha avanzado algo en ese sentido, que la tarde se presta, nublada, esperando por fin que lloverá, banderas amarillas en las torretas de los vigilantes, y ese paseo marítimo que le trae el recuerdo, sin que mucho venga a cuento, del viaje a La Habana que ahora no harían ya, el Comodoro y él, un poquillo impedidos de edad y ciertos achaques. Pero con la definición que entonces acuñaron, “claros, de ojos altos”, camina erguido, barajando pensares y sentires, con cadencia y braceo desde luego más moderados que el Tercio de Regulares en los desfiles, pero con no muy distinta velocidad.

Porque el Arena Café cierra los lunes, que él no lo sabía, se queda sin la bayonesa de la que anda estos días antojado.

Conque regresa y es verdad que, disolviéndose este verano, sabe que irá recuperando la cota de silencio, la familiar y algo reconfortante (sí, hay paradojas) desolación de esta playa, libre de jaleo, con el agua y el viento, esos sonidos, esos rumores, tan buenos para soñar.                                                                                     

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