miércoles, 13 de julio de 2022

M.J.

 

Desde joven, fueron notables la seriedad y el cumplimiento en los puestos de trabajo que desempeñó y que supo hacer compatibles con los numerosos viajes en vacaciones a los que fue muy aficionada; conmigo y durante largos años, quiso ser ejemplar en el trato, generosa y hospitalaria sin fisuras. Casi era mi madrina en la Villa y Corte.

 

M.J. muere, tras una grave enfermedad, y su noticia me produce un desconcertante vacío. Conste aquí mi gratitud hacia ella y su familia, mi abrazo a todos ellos. Y el recuerdo imborrable de las charlas profusas, los dulces por Navidad, las botellas de cava que compartíamos.

Si hay luego lo que hay quien cree que hay, que me sea dada la ocasión de recobrar esa limpia y neutral amistad con una M.J. que seguro ha sabido encontrar el lugar azul al que se va desde Madrid.                                                  

No hay comentarios:

Publicar un comentario