lunes, 18 de julio de 2022

Entrar a saco

 

Que no consideramos suficientemente lo que hay.

Y de vez en cuando, incluso la frivolidad a toda hora de “la tele” hace un hueco, y nos recuerda lo durísimo que es el trabajo en el campo, cultivar, recolectar, todo eso que olvidamos los ciudadanos estupidizados por internet y el teléfono móvil.

Duro trabajo. Y con estos calores de 2022 que parecen sobrepasar a los de otros calendarios precedentes.

Así que esos bienes de la tierra, arduamente obtenidos, se compran luego con precios de miseria. Y al consumidor, al cliente del “súper”, se los clavan rozando el lujo y la imposibilidad.

Hay que repetirlo sin tregua: por medio, entre esos extremos, existe una cáfila de parásitos que trincan lo que les parece, lo que llaman  seguramente “su parte”. Que en absoluto se justifica POR SÓLO almacenamientos, portes y distribución.

Lo cual que un día, habrá que entrar a saco en esa cueva de Alí Babá y los infinitos ladrones y poner fin a semejante expolio. Porque parece que las “comisiones” que quizá existen para vigilar y corregir/impedir esos excesos no funcionan una mierda.

¿Estamos?                                                    

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