martes, 24 de mayo de 2022

No cuela

 

Qué significativo que sean precisamente los tramposos, los embusteros los (sí, sí) traidores, quienes con mayor denuedo y griterío y con suma e insolente destemplanza te piden explicaciones: son los mismos que nunca las dan de sus mil y una tropelías, que cualquiera puede recontar y comprobar en la más escueta de las hemerotecas.

Son los mismos que azuzan a los indecisos, a los manipulables, para que se unan al coro.

Predicando siempre sin dar trigo, se ve que son impermeables cínicos al refrán que reza que “en boca cerrada no entran moscas”. Y puede que no sobre completar ese refrán añadiendo que, de sus bocas cerradas, tampoco saldrían los sapos, las culebras, el aliento envenenado de las malas intenciones.

El Hipocampo, con la modestia de su tamaño, no aprueba a ciegas, antes desaprueba varios de tus pasos. Pero pedir ejemplaridad es la extrema frescura de quienes tanto se caracterizan por la hipocresía. Y no cuela, “oyes”.                                 

No hay comentarios:

Publicar un comentario