domingo, 2 de junio de 2024

Un ya imposible abrazo

 

La “tele”, ese trasto que en ocasiones también es el vehículo rápido por el que nos llegan las noticias.

Lo justo para evocar la última ginebra que tomé contigo, me parece que en alguna cafetería por el barrio de Goya, en Madrid. Años han pasado.

Pocos encuentros tuvimos. Y siempre enmarcados en la cordialidad y el buen rollo que, incluso conociéndote poco, eras capaz de transmitir. Es por eso que me pilla desprevenido (cuándo no, en estos trances) la presente e inesperada nota de conmoción, el espontáneo y repentino recuerdo de alguien como tú, Emilio Santamaría, cuyo trato, esporádico aunque positivo, reseño aquí.

Si hay otra vida, me da que la mereces buena. Un ya imposible abrazo.  

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