miércoles, 8 de septiembre de 2021

The Shadows, calidad clásica

 

Los buenos aficionados a la buena música estarán conmigo en el cabal aprecio que merece la labor que esta agrupación ha desplegado durante más (bastante más, vaya) de medio siglo.

En Internete pueden verse (para quienes no los conozcan) diversas actuaciones en público que dejan patentes la excelencia de su sello y el fervor de sus seguidores.

La limpieza de digitación, el claro sonido, el manejo característico y depurado de la palanca de vibrato han garantizado de manera ejemplar la clase de Hank B. Marvin, impecable solista de la banda. Muy probablemente este músico represente el magisterio innegable y la influencia decisiva que se rastrea en generaciones de guitarristas eléctricos que sabiamente han continuado su estela.

Respaldado por su segundo de a bordo (Welch), rítmico eficacísimo desde la primera formación, y por Bennet, sucesor de Tony a la batería, y sin un decidido suplente del Jet Harris original, con otros elementos de repuesto ha sabido al frente del grupo mantener en alto un espléndido repertorio instrumental cuya puesta en escena, siempre elegante, sobria y ahora deliberadamente “vintage”, sugiere un humor británico en el que la “coreografía” modosísima e irónica (esos pasos de medida moderación) podrían derivar en los pases verbales de Wodehouse.

Los objetores critican con mal velado despecho lo que califican como exceso de corrección y de dulzura. No hagan caso.  

1 comentario:

  1. La referencia a la palanca de vibrato trae a Pionono entrañables recuerdos del Rey della.

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