martes, 18 de mayo de 2021

De buena mañana: Tarajal/Carajal

 

Cada cierto tiempo, el ladino rey de Marruecos se hace el ofendido y, aprovechando cualquier más pretexto que motivo, nos pone en jaque, valiéndose de nuestras debilidades, y nos echa encima lo que él debe considerar su “carne de cañón”. No es novedad, que ya hubo una “marcha verde”.

Hemos contribuido:

Con nuestros desacuerdos internos; permitiendo la casi indefensión de nuestras porosas fronteras; clamando contra las “concertinas” de las vallas; escatimando la vigilancia con un número escaso de guardias, poco menos que testimoniales; desoyendo las voces que advierten del peligro del conocido como efecto llamada; derritiéndonos con lo de los derechos humanos; acomplejados (los más rigurosos, los más ñoños) con la conciencia culpable, y anacrónica, de históricos abusos coloniales de pasados siglos, etc.

Ahora resulta que hay que poner en esa playa tanquetas del Ejército, como para impresionar solamente porque, ya que no se va a repeler la invasión a tiros, bueno está el patio, lo único será sobornar al rey vecino con más dinero y más dinero.

Hasta la próxima. Lo que se llama extorsión pura y dura, clásica conducta de la mafia.

 

Dicen los bienintencionados que el problema es global. Y es verdad. Y se recomienda que Europa (y no sólo ella que, por cierto, no está mucho al quite), USA, los países con dinero, arreglen el tema con la ayuda externa o como se diga eso; lo que pasa es que la ingente cantidad de pasta destinada al desarrollo luego se la funden o se la roban los tiranos y sátrapas al mando de los países pendientes de ayuda. Con lo cual, todo se queda más o menos lo mismo.

Menos mal que el tonto envió enseguida un mensaje a Ceuta, ofreciendo su respaldo a “los ciudadanos y las ciudadanas”.

Tan fino siempre.

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