martes, 11 de mayo de 2021

Demasías

 

Corroborando el dictamen de un tribunal anterior, nuestro dilecto Supremo (bien que solemne en su “velocidad”) ha cancelado el rancio antojo, la cursiladita incordiosa que la Carmena y su pandilla impusieron como Madrid Central, muestra de ocurrencia progre seudoecologista, de la cual se han derivado multas al ciudadano que van a ser difíciles de recuperar.

El ciudadano está aguantando demasiadas demasías (que es énfasis deliberado y no redundancia dolosa) por parte de sus mandamases; y como todo tiene un límite, no hay que descartar que la presión de la olla termine produciendo alguna consecuencia espectacular, algún dos de mayo de consumo interno.

Quienes nos están desgobernando son un ejemplo redomado de lo peor. Lo cual sirve de excusa para que el personal tampoco se comporte en las calles, como hemos visto, además del carácter apasionado por la fiesta y la impaciencia de los bríos de las naturalezas jóvenes y no tanto, engañados con impune desfachatez, con grotesco recochineo, con el reguero de normas y ordenanzas contradictorias, abusivas y confusas cuya estupidez y torpeza (frecuentes) no tienen pase.

Habrá que plantearse cuanto antes una drástica corrección de este rumbo errático, deplorable, que con dificultad se explicaría sin la inercia cobarde que, como una vacuna perversa, hemos consentido que llueva sobre nosotros.                   

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