sábado, 11 de marzo de 2023

Pam, "dear", a tiempo estás

 

Incluso si fueren hipotéticas, como ésta, en las controversias, las personas más apacibles no suelen “ponerse a la altura” de un oponente injurioso para, en el descenso, no contagiarse del barro. Y otras veces, consideran que procede responder con el mismo lenguaje de energúmenos a ese “vulgo necio”, más que “para darle gusto”, para hacerse entender.

Así que si te escuchamos, puede ser que fuese tu propia “progenitora gestante” la que, entre otras presumibles erratas, no advirtió el “desastre medioambiental”, lo inconveniente de traer al mundo el engendro que desprendiéndose estaba de sus instalaciones internas.

Y algo te pasa, algún desajuste debe aquejarte para tal querencia del artilugio consolador (que, tan moderna tú, preferirás “satisfayer”); y para tal rechazo del complemento natural que con frecuencia y con buenísima voluntad oferente está a disposición y parece ser bien evaluado por las mujeres que, con dos “deos” de frente, no se dejan estafar con tus recomendaciones.

 

A tiempo estás, que todavía puedes aprender a hablar no siendo loro viejo, para invertir parte de esa alta nómina que a todos los contribuyentes nos debes, en unas sesiones de diván que, con suerte, han de recolocar las neuronas más díscolas de tu empanada.

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