domingo, 14 de marzo de 2021

Ya ves

 

Todo, patas arriba. Difícil, seguir, reconocerse. Como si el ya nombrado “twist of fate…”

¿Qué fue de lo que ayer (no, hace más tiempo: y aun así) era la vida?

Los dulces “lumumbas” en Clamores; las galletas y el ron que, en las mañanas, coronaban los desayunos del Caribe en la Habana, a los dos claros de ojos altos; aquel profundo “bourbon” capaz de hacer brillar tantas oscuridades…

El ascensor apasionado del hotel; la buhardilla de las maderas… Los motivos que, como drogas, nos volvían jinetes de la ilusión resplandeciente, el fácil y fecundo germen de canciones que surgían y seguían, al caer sucesivo de los calendarios, dando de sí la enredadera sugerente de las notas y las palabras.

 

Ahora trae el presente un relente de lucidez desengañada; la exigencia de los retrocesos; la creciente marea del “avive el seso y despierte” de la que el conocimiento de siempre ya nos prevenía. Lumbalgias ocasionales; la Campos en su autobús acristalado; el (como le dicen ya a cualquier cosa los chavales) puto virus.

Y también mis gestos, mis actitudes, tan iguales a los de papá. Incluso una tercera toalla para mejor secar el cuerpo, tras la ducha.

-¿No es de este mundo tu reino?

-Quizá nunca lo tuve.

-Pero cuentan de un sabio que, un día…

-Ya ves.

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