lunes, 8 de febrero de 2021

Lo que trae este viento de hoy

 

En los libros es donde ahora encuentro los nombres de las ciudades en que viví.

Me llegan así estos días, posando en mi ánimo una sensación de desamparo melancólico, de pérdida.

Las calles. Emblemas que entre los pliegues de la memoria tienden a desvanecerse, a confundir sus rasgos, a perder los colores y matices que las distinguieron.

Es este trance por el que pasamos (un año ya, interminable); lo que quedará por delante, imposible para el optimismo; la estafa atroz del tiempo malgastado a la fuerza en esta hibernación lamentable.

Es este encono envenenado de sentirnos rehenes, la rabia acumulándose (contra toda “recomendable” mansedumbre, contra la “conveniente” resignación), semana tras semana de impotencia, de confinamientos más o más rigurosos, mentiras, desorden.

No creo que nadie vaya a salir – bien – de ésta.                                                         

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