Hombre
soy de una edad no tan avanzada como la que os distingue, pero sí la suficiente
para haber aprendido a ser temeroso de Dios y de los médicos y cirujanos; que
lo contrario fuera notoria insensatez y demasía.
Así
que no dejo de comprender, oyendo de pasada alguna noticia al respecto, la
aprensión a la anestesia y sus riesgos con la que descartáis, por esa razón de
los muchos años, una visita al quirófano. Y que también la condición de
argentino influya no poco con un cierto y característico escepticismo lúcido que
no terminaría de fiarse del todo de eso que se supone “estar en las manos de
Dios”.
Pero
entonces ¿problemas de coherencia en el oficio? ¿Otro Papa que archivar en el
almacén de “eméritos”?
Vivimos
tiempos de desconcierto. No hay más que ver la que ha liado el ruso. Y Trump
que quiere la revancha del quebradizo Biden.
En
fin, por la playa de Chiclana no damos abasto este año, que el personal andaba
ansiosísimo de vacaciones, por más que precios por las nubes y bolsillo desmedrado,
y ya se verá por dónde truena luego en otoño e invierno.
¿Seguirá
Su Santidad en la Silla de San Pedro todavía o tendremos repuesto, y más
exótico si cabe?