martes, 2 de noviembre de 2021

Así que...

 

Con una impresentable frecuencia que, si no fuésemos tan mansos y resignados ciudadanos, ya habría causado más de un motín y un linchamiento, criminales garantizados, reiterativos de espantosos hechos, son puestos en libertad tras una escandalosa (por legal que sea) rebaja de sus condenas; y vuelven a las andadas.

El fracaso de las leyes vigentes para con esos sujetos no puede ser más llamativo; ni más ofensivo para las víctimas directas e indirectamente para todos los que acaso corremos peligro con el buenismo ñoño que no los encierra de modo permanente eliminando así la posibilidad de que reincidan y hagan más daño.

 

Según en qué casos, la reinserción no existe y los “expertos” están obligados a que no se les despiste un expediente ni les falle filtro alguno. Así que…

Las tibias explicaciones y los subterfugios de fantasma con los que los “responsables” de turno pretenden escurrir el bulto y nunca consiguen, faltaría más, apaciguar ni compensar la justa rabia y el llanto de los perjudicados, son estrictamente la definición y la comprobación de que tales “responsables” no pasan de ser unos incompetentes, unos menguados profesionales que hacen mal su trabajo. Lo que además significa que estamos desperdiciando sus salarios.

Así que…

¿cómo se encaja esto?                                                                   

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