miércoles, 2 de junio de 2021

Que venga la tuna con el de la pandereta

 

La aparatosa “merdé” de ese jefe o lo que sea, Polisario, que nos traemos al hospital, con lo humanitarios que “semos”, dizque para curarlo, y que luego había que juzgarlo pero resulta que quizá no había causa suficiente, así que medio lo dejan en libertad y además le habían dado el alta médica, o él mismo consigo mismo se la tomó por su cuenta, y más adelante se lo vuelven a llevar fuera, un avión no cuela pero otro diferente, sí…

…toda esa madeja, mucho más ridícula y cutre y atropellada que misteriosa, como no da para un poligonero James Bond de todo a cien, termina siendo “explicada”, con otras cucamonas y monerías ectoplasmáticas, por MªJesús Montero, con sus acostumbrados silogismos (que con otra desenvoltura aspirarían al retruécano), con su firme acento de caseta de Feria de abril en Sevilla, potenciado por un vestuario de estampada añoranza flamenca y veraniega, entre otras desorientadas semicorcheas.

La confusión del equipo desgobernante, balbuceante, tanteador y reculador depende del día, otras veces empecinado en delirios y errores de índole diversa, tiene uno de sus más ejemplares exponentes en esta señora que con apenas pestañeos nos sirve generosas dosis de estupor, cotas altísimas de esa risa floja que promueve el absurdo.

Habrá que agradecérselo con una serenata o rondalla que la jalee interpretando para ella la mejor versión de “Clavelitos” y otras piezas musicales de repertorio.                        

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