martes, 15 de junio de 2021

Para reflexionar

 

Es notorio lo mucho que proliferan los concursos en la “tele”. Descartando los más pedestres, muy de otro nivel es la franquicia que supone “GOT TALENT”, que nuestros remolcables imitadores celtíberos no han encontrado forma de traducir con decoro, o sea que lo han fusilado (al título me refiero) sin el más mínimo sonrojo.

No soy en absoluto espectador habitual de esa variedad del espectáculo. Vaya por delante mi reconocimiento sin ambages a la considerable lista de personas notabilísimas que, en general, participan y dan sentido a esa corriente, con la demostración de sus admirables dones. Pero me resulta difícil soportar la condescendiente suficiencia, la tremenda artificialidad de esas mediocres “figuras” que ofician de jurados, de tribunal que valora el talento ajeno, cuando a menudo da muestras de incompetencia y de lo muy por debajo que suele estar de los participantes.

Eso no quita para que la casualidad nos depare, por “internete”, impresionantes anécdotas sueltas de esas entregas.

Atentos, así pues, a la conmovedora y hermosa intervención, en el formato americano, de NightBirde, nombre artístico de una mujer que, cantando su “It’s OK” y respondiendo con luminosa firmeza y aplomo a las preguntas del jurado de turno, nos ha dado un ejemplo de valentía personal y musical delicadeza, de las que andamos, ay, tan escasos.

Cuentan de un sabio, que un día…

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