jueves, 15 de abril de 2021

Valor de mercado

 

Tu braguetazo fue

no más torpe ni mísero que otros:

un rutinario plan convencional

que imposible que te saliera mal.

Rica y rebelde era la moza, y guapa

(con lo que a nadie un dulce amargaría);

así que, día a día,

tus notorios resabios de chalán

-que el tricornio remuda

en gorras insolentes y chulapas-

fueron de entrada tan depredadores  

que era fácil, para un pelafustán,

encender el volcán

que, por lo joven, apuntaba ardores.

 

Fácil llegar a ser

progenitor consorte con derechos

de sucesión que, ya a lo hecho, pecho,

algún valor tendrían de mercado.

Y, como se ha contado,

no hubo escrúpulo ni para perder comba

ni para escatimar desaguisados.

 

Siglos atrás, los ciegos en sus tablas

reprodujeran toda la aventura.

Hoy el morbo es igual; sólo difiere

el nuevo escaparate de basuras.

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